31 oct 2014

¿Monstruos de Halloween?




La vuelta ciclista del Trocathlon


Esto de las bicicletas es otro máster de los que hablábamos el otro día (Soy una mama-máster). 

Si lo calculo fríamente, las mellizas en cinco años han tenido una bici de bebé, un patinete y una bici de 16. A Ona ya se le ha quedado pequeña. 

Con gemelos, uno se tiene que pensar dos veces qué y cómo compra. (más trucos para ahorra con gemelos aquí y aquí). Porque por mucho que alguien de la familia les quería regalar una bicicleta nueva, pienso que es un gasto excesivo si tenemos en cuenta que al cabo de un año, esta bici puede haberse quedado pequeña. Y más si añadimos que detrás de las pequeñas, no hay nadie que "herede". Por ello, el año pasado, ya decidimos que las bicicletas las buscaríamos en el Trocathlon, el mercado de ocasión de Decathlon. Pensamos que muchas familias se debían encontrar como nosotros... y lo acertamos. Las dos pequeñas tuvieron bicis nuevas y comenzaron sus particulares vueltas ciclistas (Fitipaldis sobre ruedas). 

Pero a Ona, que ha hecho un fuerte tirón, se le ha quedado pequeña. Así que el sábado pasado volvimos. Cola impresionante de personas llevando las cosas más increíbles. Tablas de windsurf, trineos, camas elásticas... y bicicletas. Muchas bicicletas. Ona está contenta. Bici nueva de 20, de color azul, con unos adhesivos de nieve que le encantan. Y está emocionada con esto del cambio de marchas. Nosotros también. 35 euros.

21 oct 2014

F de Flatiron (De la A a la Z)

Me apasiona la fotografía. Desde que tengo 10 años, cuando llegó a mis manos mi primera Reflex (mi querida Minolta X-300). En cada viaje, en cada instante, he intentado captar momentos únicos o bellezas que no quería olvidar. Y des de hace seis años, con el nacimiento de las mellizas, trozos de vida impagables. 

 Por este motivo, cuando conocí este proyecto, gracias a Bea,  Mamádedos, pensé en unirme, aunque ya hubiera empezado. De la A a la Z es un proyecto fotográfico, creado por Miss Lavanda en el que cada mes se prepara una entrada con una foto cuyo motivo principal empiece por la letra del abecedario que corresponde. Puede ser tanto el objeto principal, como el color, lo que transmite o lo que nos hace sentir.


Este fotografía se tomó en Nueva York en 1998, con cámara analógica y revelada en laboratorio en casa. ¡Que tiempos!


F de Flatiron

Un viaje soñado, especialmente deseado.
Un viaje de descubrimientos maravillosos,
de una ciudad desconocida, y tan conocida al mismo tiempo.
 Y así, casi por sorpresa, 
se convirtió en uno de mis edificios favoritos.
Recortado en blanco y negro.

16 oct 2014

Soy una “mamá-máster”. ¿Tú también?



Que esto de la maternidad viene con nuevos catálogos de aprendizajes debajo del brazo ya lo imaginábamos todos. Pero que en poco tiempo te veas “obligada” a cursar másteres para todo, y a acumular uno detrás de otro... a mí esto NO me lo habían contado. Hay algunos que son cortos y fáciles, otros que implican esfuerzo y trabajo diario y sin fecha de caducidad.

Así, a bote pronto, los primeros que me vienen a la cabeza son:

·   * El Máster de pañales (saqué súper buena nota, me sabía el precio por unidad de todas las marcas y todos los supermercados, y olía las ofertas a distancia)

·  * El Máster del biberón (este me costó al principio, porque las mellizas tenían gustos diferentes con las tetinas y no había manera de acertar). Finalmente pudimos unificar con los Philips Avent y dominamos el máster a la perfección.

·   * El máster Rojo-Naranja (en este te ayuda el pediatra, porque es el que te dice si toca Dalsy o Apiretal)

·  * El máster cochecito gemelar: conducir empujando 35 quilos de cochecito no es fácil. Meterlo en el maletero / ascensores / aceras requiere nociones de arquitectura espacial.
·  
*  * El máster histérico de la pre-inscripción escolar: Ese fue duro. Mucho estrés durante meses, pensando en la mejor opción, con cálculos logísticos y cábalas sobre si entrarían o no en la escuela que queríamos y nos gustaba.
·         
   * El máster de socialización: Las mellizas van a clases separadas. El máster de memorización que supone aprenderme los nombres de sus 50 compañeros de clase en total. De algunos de ellos conozco también a sus hermanos. Reconozco que aún hoy, no asocio algunos padres con sus hijos. Cien padres y madres de golpe son muchos. 

Pero a lo que iba… el máster más importante, que de hecho, fue el motivo que me hizo empezar este post. El máster que estoy estudiando actualmente. Porqué esto de Eurodisney es muy complicado. A ver… me hace gracia… pero me rondan mil preguntas. Las peques harán 6 años. En muchos pack-oferta hasta los 7 es gratuito. ¿Está bien que me lo plantee ahora? ¿Aguantarán el ritmo? ¡Qué caro, madre mía! ¿Sólo Eurodisney o aprovecho para hacer un par de días en París? ¿Coche, tren o avión? ¿Es mejor contratar las comidas o no? ¿Hay trucos o chollos para conseguir packs a mejor precio? ¿Vale la pena, realmente?


En esas estoy, así que voy a pediros todas las sugerencias, ideas y experiencias. ¡Gracias!

6 oct 2014

Carta de amor/odio a mi liendrera


Iba a decirte que te había echado de menos este verano… pero no sería exactamente cierto. La verdad es que fue terminar el cole y se acabó la histeria de las inspecciones diarias de pelo, pasarte cada día para examinar cada mechón… nos relajamos, y la verdad sea dicha que en verano sólo te saqué un día. Y te dejé en casa, no has hecho vacaciones. Habrás descansado mucho supongo.  La felicidad veraniega de no tener que secar el pelo después de la ducha ni tener que hacer inspección detallada de la cabeza de las criaturas ha llegado a su fin.


Una semana antes de empezar el cole te saqué del fondo del armario y te dejé en primera fila. Alguien comentó que algún niño ya estaba de nuevo en proceso de desinfección. Así que volví a quererte con todas mis fuerzas porque eres la primera en detectar los bichitos asquerosos. Eres la reina de la prevención. Te quiero por eso, pero al mismo tiempo te odio con todas mis fuerzas por lo que significa. Cada vez que te cojo y te paso por un mechón de pelo estoy deseando que aparezcas limpia, si acaso con algún granito de arena, porque estas criaturas mías parece que se bañen en arena a la hora del patio. Odio cuando veo algo sospechoso entre tus firmes púas. Lo odio… lo odio… lo odio… Te quiero cuando hemos terminado y no ha aparecido nada. Pero sé que al día siguiente o pasado, volveré a debatirme en sentimientos por ti.