17 jun 2014

Kidnelis: palabra a palabra, aprendemos jugando

Imagen cedida por dECOmunicació
Motivar a los niños con letras y números es una tarea que interesa a muchos padres. Pero cada niño es un mundo, y cada escuela marca su ritmo. A Ona le interesaron mucho de entrada (en P3 le encantaban las letras), pero luego se cansó. A Estel no le motivaban nada, y no ha sido hasta este curso que le ha comenzado la fascinación por las palabras, pero sobre todo por los números. En nuestra escuela no es una obsesión, y las niñas evolucionan cada día que pasa. Son las pequeñas, y eso también se nota en su capacidad para entender el concepto de las sílabas y sus diferentes representaciones. Eso sí, aprovechamos todas las oportunidades para hacer crecer las ganas de saber cosas y despertar su interés.Leemos cuentos, hacemos listas de la compra, miramos precios y números en el supermercado, y hemos tenido algún juego para potenciar ese interés por la lectoescritura. El comentario de las maestras es que no nos preocupemos, que pronto harán el click y todos los conceptos se pondrán en su lugar. Eso sí, potenciar su interés es un trabajo diario.

Hoy os quiero hablar de uno de esos juegos que me ha parecido interesante y que las pequeñas ya han descubierto. Se trata de KIDNELIS, un juego educativo de mesa que potencia la lectroescriptura en niños de más de cinco años. Está creado por un equipo de emprendedores, y está avalado por el pedagogo Carles Rodrigo. ¿Y cómo se juega? Pues encontramos unas fichas con frases muy divertidas que los niños deben leer y escribir con letra de imprenta o ligada, en una libreta que ya lleva incorporada el juego. Y como son frases divertidas, los niños deben decidir y debatir si son verdad o mentira. El juego se ha diseñado en catalán, castellano e inglés para no nativos. A Ona y Estel todavía les cuesta un poco la letra ligada, pero les gusta hacer prácticas. De momento vamos palabra a palabra. Y cuando las unimos todas, reímos mucho.

Ya hemos hecho algunas:

El bebé conduce un coche de carreras (Estel se me quedó mirando con cara de asustada. "Debe ser de juguete, ¿verdad, mamá?")

Mi amigo vive en un árbol ("Marta durmió un día en una cabaña en un árbol", dice rápidamente Ona)

El lápiz de mi clase canta ópera ("¡Ala! Eso no es verdad", ríen las dos)


Y así nos hemos pasado un buen rato, intentando escribir las letras y las palabras. Y equivocándonos. Y borrando (lápiz y goma, por cierto, incluidos en el juego). ¿Y sabéis qué es lo mejor? Que como es un juego, y nos estamos divirtiendo, equivocarnos no provoca ningún tipo de frustración. Un elemento muy importante para que los pequeños avancen en sus conocimientos. Si nos equivocamos, volvemos a empezar. No pasa nada.

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