En casa tenemos a Kitt, el coche fantástico. Fans de la época y de la serie, fans de mi edad... tranquilos, no me tengáis envidia. No se trata de una réplica. No es un Pontiac, pero es de verdad. Hay coches que casi lo hacen todo. Y lo tienen todo. Tienen un diseño innovador, aerodinámico y lo más apreciado: son coches inteligentes. En nuestro caso nuestro coche fantástico no se pone en vertical sobre dos ruedas, ni hace saltar el asiento del copiloto y no lo conduce-por suerte - Michael Knight / David Hasselhof.
En nuestra casa tenemos concretamente un modelo único: Estel - Kitt.
Sólo sentarse a su silla se activa en modo automático.
"Mamá, no llevas el cinturón".
"Papá, ¿para que no te pones el cinturón?"
"Mamá, Ona no va bien atada".
"Mamá, ¿mi puerta está bien cerrada?"
"Papá, ya se pone verde"
"Papá, ¿porque estamos parados?"
"Mamá, ¿el aire está encendido?"
"Papá, me aprieta el cinturón"
Y así sin parar. Es entonces cuando miro mi reloj de pulsera y le hablo. Sí, le hablo: "Kitt, te necesito". Y de fondo... ¿es mi marido el que está tarareando la mítica música de la serie?