2 nov 2011

Pe. Tres. Una letra y un número que son todo un mundo

P3. Una letra y un número. Pe. Tres. Es sencillo. Eso parece. Ahora que ya hace casi dos meses que el curso ha comenzado, creo que ya puedo hacer los primeros balances.

 
Me gusta escuchar las conversaciones que tienen las dos pequeñas. No sé si es el efecto de la escuela (probablemente hubiera pasado a consecuencia de la entrada en cualquier centro educativo), pero la verdad es que están aprendiendo muchas cosas. Y usan muchas palabras nuevas. Y tienen unas conversaciones entre ellas increíbles.


Me gusta cuando me empiezan a explicar cada una lo que ha hecho. Nuestra gran preocupación era ver como iría el hecho de separarlas en clase. Al principio una de ellas lo pasó bastante mal, porque no conocía a nadie. Lloraba y no contaba demasiadas cosas de lo que habían hecho. Sufrí, lo reconozco. Ahora ya tiene todo un abanico de amigos y está encantada con su 'señorita'. Además, cuando se encuentran, entre ellas, se cuentan muchas cosas. Y desde hace unas semanas, cuando hablan con alguien, con toda la vehemencia del mundo, se miran y dicen: "Somos hermanas". Por si alguien no lo ve claro... Ayer mismo, su tutora me decía que estaba muy contenta, y que naturalmente, en el patio jugaban mucho juntas. "Tienen un vínculo muy bonito..."

Me gusta la relación que tienen con sus tutoras. En muy poco tiempo se han convertido en sus referentes e incluso, si vamos al teatro el fin de semana, preguntan si ellas vendrán.

Me gusta porque se las ve contentas de ir a la escuela. Eso es lo que más me tranquiliza. Y me gusta mucho que este fin de semana hayan llevado a casa una libreta donde van incorporando las canciones que hacen en clase. Así no me vuelvo loca interpretando las canciones que me cantan (y que tengo que reconocer, algunas las desconozco). Por lo tanto, ha sido un fin de semana cantarín-cantarín.

No os lo creeréis, pero echo de menos la libreta-diario de la guardería. Sí, aquella que a veces me daba rabia cargar arriba y abajo. Aquella que a veces no sabía qué escribir. Pero... aquella libreta donde cada día del mundo me apuntaban si habían comido bien, como habían pasado el día, si habían dormido una hora y media y si habían hecho dos pipís. ¿Cómo lo diría? Sin esa libreta tengo la sensación de que he perdido "control" sobre su día. P3 es otro mundo, y la escuela de los “mayores”, evidentemente, también. Ahora salen a veces despeinadas y cuando les quito los zapatos, a menudo me caen medio kilo de piedras del arenal. Pero eso sí... salen con unos dibujos fantásticos!


Primer balance hecho. Hay otros aspectos que habrá que esperar todavía un poco para analizarlos.


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