24 sept 2011

Grandes preparativos para un paseo… efímero

Salir a la calle la primera vez con el cochecito doble no es fácil. Además era el mes de diciembre, y hacía frío. Nos han dejado el cochecito y es de aquellos que un bebé va frente al otro. No de lado. Que al final acabaremos teniendo uno, pero todavía no. Comprar un cochecito doble de gemelos también requiere un master. El problema es que no hay apuntes ni profesores, y la moda McLaren también se impone. Y no tenía ningunas ganas de dejar imponerme ella. Los vendedores intentan endosarnos todo lo que pueden (y más).

En un primer momento no fue necesario porque como decía, mi "hada gemela" nos lo dejó. Era práctico, porque al ir uno delante del otro, era estrecho y podía pasar bien por las aceras. Llevaba volante (sí, sí, no es coña), de modo que era muy fácil maniobrar, incluso con una mano. Pero claro ... era largo, muy largo, y pesaba mucho. En el ascensor de su casa la teníamos que "doblarlo-a-medias" para poder entrar. Y ocupaba todo el maletero del coche. Con toda esta logística de antemano (no penséis que le cogimos el truco a la primera) y después de tardar media hora en pensar cómo las vestía, salimos a la calle. Para mí no era fácil, porque todavía llevaba los puntos de la cesárea, pero tenía como la necesidad vital de salir y respirar. Llevaba dos o tres días encerrada en casa, en un torbellino de sensaciones y sentimientos nuevos, y quería salir. Sabía que no podíamos ir demasiado lejos, porque no podía forzar la máquina, pero pasear por la calle significaba una pequeña victoria.

Salimos a la calle. Llegamos a la esquina, camino de la cafetería. Se pone a llover. Marcha atrás. Volvemos al portal. Nuestro primer paseo ha durado exactamente 3 minutos y medio.

Tres días de lluvia más tarde, sale el sol. Hoy sí. Todo a punto. Ya tenemos un poco más de práctica y salimos a la calle, ellas abrigadas y yo tomándomelo con calma. Es nuestro primer y orgulloso paseo en familia. Pero al cabo de un rato veo que Jordi está nervioso. Incómodo.“¿Qué te pasa?, le pregunto. Y me responde muy preocupado: "Todo el mundo nos mira. Todo el mundo se gira para mirar el cochecito y las niñas". Es verdad. Será una constante a partir de ahora. Yo no me he dado cuenta. Será que desde el embarazo, sobre todo los últimos tres meses, estaba acostumbrada a que todo el mundo me mirara esa barriga enorme que llegaba antes que yo a todas partes.

1 comentario:

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    Besossss

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